
Seamos claras: el machismo ya no está de moda
Mensajes clave para reflexionar y actuar
1. La elección limitada de las mujeres
En muchos contextos, las mujeres enfrentan decisiones que los hombres rara vez tienen que considerar:
- Maternidad o carrera
- Profesión o familia
En contraste, los hombres suelen ser padres, profesionales y deportistas sin que estas áreas de su vida entren en conflicto. Un estudio en EE. UU. reveló que dos tercios de los hombres casados en puestos de dirección tienen hijos, mientras que solo un tercio de las mujeres casadas en las mismas posiciones los tienen.
2. Salirse del molde y redefinir el éxito
- La mejor decisión no siempre es la más popular.
- No busques perfección, busca progreso.
- Mantener un propósito claro reduce la culpa y fomenta la acción.
"Por los sueños se suspira, pero por las metas se trabaja."
3. Reivindica tu valor y toma tu lugar
Un ejemplo revelador: en evaluaciones subjetivas, los hombres tienden a sobreestimarse mientras que las mujeres se subestiman. Además, el 57% de los hombres negocian sus salarios al ingresar al mercado laboral, frente a solo el 8% de las mujeres.
4. La corresponsabilidad en el hogar
La conciliación debe transformarse en corresponsabilidad. Según un estudio de BBVA, las labores de cuidado y atención familiar representan el 53% del PIB si se contabilizaran. Estas tareas, que el 83% de las veces recaen en mujeres, son esenciales para el bienestar social.
Necesitamos dignificar las tareas domésticas y promover que ambos sexos compartan estas responsabilidades, permitiendo a las mujeres disfrutar del "reposo de la guerrera".
5. No te retires antes de tiempo
Muchas mujeres dejan de levantar la mano incluso antes de enfrentar los retos del embarazo o la licencia de maternidad. Desconectarse con demasiada anticipación puede dificultar el regreso, haciendo que el trabajo pierda su sentido de desafío y propósito.
6. Rompe el silencio y enfrenta el miedo
El silencio, la sumisión y el miedo no protegen. La valentía no es la ausencia de miedo, sino decidir actuar a pesar de él. Hablar con temor y valentía no es una contradicción; es un acto de fortaleza frente a las adversidades.
Hoy en día, ser machista está socialmente mal visto, sobre todo en ciertos segmentos de la sociedad. Esto ha dado paso a un fenómeno que llamamos el velo de igualdad: una apariencia de equidad que pretende hacernos creer que los derechos de las mujeres ya están conquistados.
Sin embargo, lo que estamos viviendo es una supuesta igualdad basada en el utilitarismo hacia las mujeres, no en la defensa genuina de sus derechos. Aunque los hombres empiezan a abandonar algunas obligaciones tradicionales, muchos continúan ejerciendo el poder de formas más sutiles.
Mitos construidos: el caso de las denuncias falsas
El mito de las denuncias falsas por violencia de género es uno de los argumentos más utilizados para desacreditar las luchas feministas y minimizar la gravedad de este problema social. A menudo, quienes lo promueven sostienen que las mujeres inventan acusaciones para perjudicar a los hombres, obtener ventajas legales o vengarse de exparejas. Sin embargo, las cifras desmienten categóricamente esta narrativa.
Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), solo el 0.1% de las denuncias por violencia de género son falsas, lo que significa que el 99.9% son verídicas. Este porcentaje es incluso menor al de otros tipos de delitos, donde las denuncias falsas son más frecuentes. Esto pone en evidencia que, lejos de ser una práctica común, las denuncias falsas por violencia de género son casos excepcionales.
Entonces, ¿por qué el mito persiste? En parte, porque se alimenta de estereotipos misóginos profundamente arraigados, que pintan a las mujeres como manipuladoras y mentirosas. También porque los casos mediáticos de denuncias falsas, aunque extremadamente raros, tienden a ser sobrerrepresentados en los medios de comunicación, generando una percepción distorsionada de la realidad.
En lugar de cuestionar a las mujeres que denuncian, deberíamos cuestionar por qué existe tanta resistencia a creerlas. Reconocer que las denuncias falsas son un fenómeno marginal es un paso crucial para avanzar hacia una justicia más inclusiva y una sociedad que no tolere ningún tipo de violencia.
El replanteamiento del "buen vivir"
La crisis de los cuidados refleja un cambio profundo: las mujeres tienen nuevas expectativas, la población está envejeciendo, las redes afectivas y familiares se desmoronan, y la precariedad se extiende.
Para enfrentar este desafío, debemos colocar la sostenibilidad de la vida en el centro del sistema. Revalorizar los cuidados no es una opción, es una necesidad. Solo así construiremos una sociedad más equitativa y humana.
El feminismo me enseñó que calladita no me veo. El cambio comienza con cada una de nosotras. ¿Listas para tomar el control?
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